Natzaret advierte que el puerto extenderá su frontera «hasta la puerta de las casas

Natzaret advierte que el puerto extenderá su frontera «hasta la puerta de las casas

Los vecinos rechazan el plan de usos y exigen un convenio previo que compense al barrio

02.01.2014 | 22:14
El Puerto de Valencia recibió ayer al crucero Norwegian Jade que atracó en el puerto a las siete y media de la mañana y partió de nuevo a las 17 horas. El Norwegian Jade, operado por Transmediterránea, hará escala en Valencia de manera regular durante toda la temporada de invierno. Esta es la primera escala de cruceros del año que opera Trasmediterranea en Valencia que hoy recibe al Costa Serena. Cerca de 6.000 cruceristas llegarán con estos dos cruceros.
El Puerto de Valencia recibió ayer al crucero Norwegian Jade que atracó en el puerto a las siete y media de la mañana y partió de nuevo a las 17 horas. El Norwegian Jade, operado por Transmediterránea, hará escala en Valencia de manera regular durante toda la temporada de invierno. Esta es la primera escala de cruceros del año que opera Trasmediterranea en Valencia que hoy recibe al Costa Serena. Cerca de 6.000 cruceristas llegarán con estos dos cruceros.
La Asociación de Vecinos de Natzaret ha presentado, al límite del plazo de exposición pública que acaba hoy, sus alegaciones a la propuesta de delimitación de espacios y usos (DEUP) de la Autoridad Portuaria de Valencia, un documento que consideran «clave» para garantizar la prometida integración del puerto y la ciudad. Los vecinos quieren que el citado documento incluya sus reinvindicaciones para mejorar la accesibilidad y el urbanismo del barrio en consonancia con las promesas que tanto el puerto como el Ayuntamiento de Valencia han hecho al barrio, uno de los principales perjudicados por la expansión del recinto portuario.
En sus alegaciones los vecinos lamentan la «grave ocultación y falta de transparencia» por parte de la APV en relación a la publicación y apertura del plazo de alegaciones del documento haciéndolo coincidir con las fiestas navideñas. Este diario se hizo eco del citado documento que incluye, entre otras cosas, la ampliación de las zonas de fondeo de buques frente a la costa del Saler.
Los vecinos recuerdan que está pendiente una reunión con el puerto y el consistorio para sentar las bases de un nuevo convenio para diseñar el borde del puerto con el barrio de Natzaret que sustituirá al convenio firmado en 1986. Los vecinos entienden que este convenio debe estar aprobado antes que la propuesta de delimitación de usos del puerto «porque implica temas de interacción puerto-ciudad y ciudad-puerto, sujetos a normativa de orden superior como es el Plan General de Ordenación Urbana de Valencia».
La propuesta que hace el puerto sobre sus espacios es «un corsé» al convenio puerto-ciudad ya que «significa literalmente llevar la valla del puerto frente a las calles de El Sech, Manuel Carboneres y Algemesí», advierte la asociación vecinal. «Un borde urbano, recuerdan, que está configurado por viviendas habitadas por vecinos que hace apenas 40 años, se despertaban con la brisa del mar».
Los vecinos de Natzaret exigen más participación en relación a las zonas afectadas y desafectadas que establece el puerto teniendo en cuenta las «graves consecuencias» que han tenido decisiones como la Orden del Ministerio de Obras Públicas del 25 de abril de 1969 por la que se amplió la Zona de Servicio del puerto hasta el nuevo cauce del río Turia.
Los vecinos plantean una alternativa a la propuesta de usos del puerto que pasa por potenciar la movilidad sostenible, recuperar la playa en la desembocadura y crear un centro formativo en la antigua aceitera, entre otras medidas.
Los vecinos consideran «totalmente insuficiente, engañosa e inadecuada» la alusión del documento a que «podrán admitirse en el dominio público portuario espacios destinados a la interacción puerto-ciudad, tales como equipamientos culturales, recreativos, certámenes feriales, exposiciones y otras actividades comerciales no estrictamente portuarias, siempre que no se perjudique el desarrollo futuro del puerto y las operaciones de tráfico portuario». Los vecinos apuntan que el puerto no hace mención alguna aquí a los «efectos negativos» que dichas actividades portuarias pueden producir en la vida de los habitantes de las áreas urbanas colindantes. En síntesis, se trata de «la ley del embudo», aducen los vecinos. «Lo que podría denominarse con propiedad como la ley de la agresión puerto-ciudad que se ha venido aplicando prácticamente desde la ampliación del puerto, con un agravante y una amenaza que se concreta en la propuesta de delimitación de usos», añaden.
En sus alegaciones los vecinos reprochan al puerto la destrucción de la Punta y la mala gestión de la Zona de Actividades Logísticas del Puerto. Se trata, dicen, de 75 hectáreas antes de huerta totalmente urbanizadas pero vacías por invalidación del plan por los tribunales y por falta de demanda



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